El divorcio ¿un trámite complicado?

Pocas cosas hay tan traumáticas en la vida de una familia como el divorcio de un matrimonio. Son junto con el nacimiento de un hijo o la muerte del cónyuge, unos de los acontecimientos que más pueden marcar la vida de una familia. Y es que  a pesar de las buenas intenciones, según un estudio, en nuestro país, más del 57% de los matrimonios acaban rotos, y gran parte antes de los primeros cinco años.

Ante esta realidad, cabe preguntarse ¿es el divorcio un trámite complicado?

Comencemos diciendo que los divorcios, aunque existen diferentes modalidades, todas ellas con sus matices, se pueden clasificar de manera genérica en dos tipos, los amistosos y los contenciosos.

Los primeros evidentemente son menos traumáticos y costosos, ya que implican que ambas partes han llegado a un entendimiento mediante un «convenio regulador» sobre cuestiones varias, como el reparto de los bienes, la custodia de los hijos u otros asuntos de común interés. Este convenio, redactado por un abogado será presentado ante el juzgado correspondiente y aprobado por un Juez competente.

Esta alternativa redunda en una rápida resolución y establece las bases para unas relaciones más cordiales entre la ex pareja. Además con el divorcio «amistoso» los dos afectados pueden tener el mismo abogado y procurador, lo que resultará en una disminución de los costos del proceso.

La segundos más caros y crispantes, pueden implicar la falta de de acuerdo, el enfrentamiento, declaraciones judiciales, estudios psicológicos a los menores implicados, y un final de relación que puede ser perturbador para todos los afectados, con lo que ello conllevará de cara a las futuras relaciones, de los ex cónyuges. Y no hace falta decir que será un proceso más lento y caro, ya que de entrada exige la actuación de dos abogados.

Por lo tanto, si es posible, vale la pena esforzase por conseguir un entendimiento entre ambas partes, y es que como dice el refrán popular «más vale un mal acuerdo, que un buen pleito».

Evidentemente, el mantener la sangre fría al intentar finalizar una relación que ha podido durar años o décadas, no es tarea fácil, y por ello se torna imprescindible la mediación de un buen abogado especialista en Derecho de Familia, con el fin de actuar como intermediario y al tiempo conciliador entre ambas partes.

Y es que no debemos olvidar que las buenas intenciones no siempre son suficientes y las condiciones estipuladas, sino están correctamente plasmadas, pueden ser fuente de futuras malinterpretaciones, reclamaciones y problemas varios, ya que las decisiones tomadas tendrán efecto durante muchos años.

Por todo ello, si su matrimonio ha llegado a su fin y deciden divorciarse, no se equivoquen, acudan a Grup 90 Advocats i Assessors donde un profesional especializado en Derecho de Familia les atenderá adecuadamente. Ahorrarán tiempo, dinero y ganarán en salud emocional y mental.

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